Mafer Arévalo/ Grupo Marmor
Un equipo internacional de científicos ha encontrado evidencia directa de la existencia de cuevas lunares, un descubrimiento que podría tener importantes implicaciones para la exploración espacial futura. Durante años, los investigadores han teorizado sobre la presencia de pasadizos subterráneos en la Luna, formados por actividad volcánica y potencialmente útiles como refugio para astronautas frente a los extremos ambientales como la radiación y las temperaturas extremas.
El hallazgo se realizó en Mare Tranquillitatis, una vasta llanura lunar conocida por ser el sitio de aterrizaje del Apolo 11 en 1969. Utilizando datos de radar recogidos por el Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA, los científicos descubrieron una cavidad subterránea a una profundidad de entre 130 y 170 metros. Esta cueva, que mide al menos 45 metros de ancho y entre 30 y 80 metros de largo, podría ser solo una parte inicial de una estructura más amplia formada por lava, indicando la posibilidad de que existan más cuevas aún por descubrir.
La importancia de estas cuevas radica en su potencial para proporcionar un entorno protegido y estable térmicamente en la Luna, lo cual es fundamental para las misiones espaciales de larga duración. Además, explorar estas formaciones podría revelar nuevos conocimientos sobre la historia y la evolución lunar, incluyendo detalles sobre el vulcanismo lunar y la composición del manto.
Este descubrimiento subraya la continuación de la exploración lunar y abre nuevas posibilidades para la presencia humana sostenida en la Luna, ofreciendo un refugio potencialmente crucial para los astronautas y los vehículos exploradores que buscan estudiar el satélite natural de la tierra.