Redacción / Grupo Marmor
El viernes 16 de agosto, las fuerzas ucranianas llevaron a cabo una operación clave al destruir un puente de importancia estratégica sobre el río Seim, en la región rusa de Kursk. Este puente, ubicado cerca de la ciudad de Glushkovo, desempeñaba un papel crucial en el abastecimiento de las tropas rusas en la zona.
Según funcionarios rusos, la destrucción del puente ha dejado aislada aparte del distrito local, complicando significativamente las operaciones logísticas del Kremlin en la región. La pérdida de esta infraestructura podría obstaculizar considerablemente el movimiento de recursos y personal militar.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, comentó que las fuerzas ucranianas están fortaleciendo sus posiciones en Kursk y consideró los territorios capturados como una potencial herramienta de intercambio. Esta estrategia sugiere que Ucrania podría utilizar estas áreas para negociar la devolución de regiones ucranianas ocupadas por Rusia.
Este ataque marca el mayor avance de las fuerzas ucranianas en territorio ruso desde el inicio de la invasión a gran escala por parte de Moscú en febrero de 2022. En su segunda semana, la operación destaca por su impacto estratégico y operativo en el conflicto en curso.