El Papa Francisco enfrenta el legado de abusos del clero en su viaje a Bélgica

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REDACCIÓN | GRUPO MARMOR

En medio de un contexto de creciente desconfianza y dolor, el Papa Francisco visita Bélgica esta semana, un país marcado por el terrible legado de abusos sexuales cometidos por miembros del clero y el encubrimiento institucional que siguió. El viaje, que se realiza en un momento delicado, ha estado rodeado de polémicas y ajustes de última hora debido a la magnitud de los escándalos.

Un grupo de supervivientes de abusos ha enviado una carta abierta al Pontífice, solicitando la creación de un sistema universal de reparaciones eclesiásticas y pidiendo que la Iglesia asuma su responsabilidad en el daño causado a sus vidas. La visita ha sido recibida con una sobria bienvenida, reflejo del profundo descontento en un país que alguna vez fue incondicionalmente católico.

En un incidente reciente, un obispo se vio obligado a retirarse de los actos del Papa tras elogiar a un sacerdote implicado en casos de abuso. Además, se realizó un cambio de última hora en la misa principal del Papa después de que se descubriera que el himno final había sido compuesto por un conocido abusador. Estos acontecimientos subrayan la facilidad con la que continúan saliendo a la luz nuevos escándalos, evidenciando la complejidad y gravedad del problema al que la Iglesia sigue enfrentándose.