Un nuevo informe de ONUSIDA advierte sobre una crisis mundial en la respuesta al VIH a causa de recortes en la financiación internacional. Las naciones más vulnerables están profundizando sus problemas para mantener los programas de prevención y atención por falta de apoyo externo.
La directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, declaró que el retiro abrupto de recursos, especialmente desde Estados Unidos, ha revelado lo frágil que es el progreso que se había logrado en la última década.
Según el informe, uno de los efectos más graves es la afectación a los servicios de prevención: programas para evitar nuevas infecciones, como la profilaxis previa a la exposición (PrEP) y el apoyo comunitario, han sufrido interrupciones.
ONUSIDA advierte que, si no se estabiliza el financiamiento, podrían sumarse 3.3 millones de nuevas infecciones de VIH para el año 2030. Además, el documento denuncia que grupos particularmente vulnerables como mujeres jóvenes, comunidades LGBT y personas que dependen de organizaciones lideradas por la comunidad están perdiendo acceso a servicios cruciales.
El informe no todo es desalentador: también señala oportunidades para recuperarse a través de innovación, inversión renovada y solidaridad global. Byanyima lanzó un llamado urgente: “no podemos abandonar a las personas que están detrás de los números. Las decisiones que tomemos ahora van a definir si deshacemos décadas de avances o si reforzamos el camino para finalmente poner fin al sida”.

















