AMLO no ha sido el único en aplicar el “decretazo”

Morelia, Michoacán.- Tras el acuerdo presidencial denominado como el “decretazo” y presentado el 22 de noviembre de 2021 ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Excélsior a través de su columna “Decretos presidenciales (inolvidables y polémicos) escrita por Francisco Javier Acuña recordó los decretos presidenciales históricos, especialmente algunos que causaron efectos inolvidables positivos y negativos.

El recuento empezó con Lázaro Cárdenas del Río, quien expidió el 18 de marzo de 1938, el decreto de la Expropiación Petrolera. La nacionalización del petróleo que explotaban 17 compañías extranjeras que ejercían el control de la industria de hidrocarburos pasó a convertirse en propiedad de la nación.

El decreto implicó la expropiación de maquinaria, instalaciones, edificios, refinerías, estaciones de distribución, embarcaciones, oleoductos y todos los bienes muebles e inmuebles de las compañías.

Esto, se considera el acto de soberanía nacional más emblemático de la posrevolución mexicana.

Le sigue Adolfo López Mateos cuando decretó la nacionalización de la industria eléctrica mediante el decreto del 27 de septiembre de 1960, se considera el complemento de la soberanía de la energía pública.

Ernesto Zedillo por su parte, ante la situación de insolvencia en el pago de los créditos, en 1995, el gobierno federal destinó el Fobaproa para absorber las deudas, capitalizar el sistema financiero y garantías a los ahorradores; envió iniciativas al Congreso de la Unión requiriendo reconocer como deuda pública los pasivos del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) que llevó a la SCJN a reconocer como válido el anatocismo.

Vicente Fox por decreto eliminó 12.5% de tiempo oficial de transmisión al que tenía derecho el Estado, tanto en radio como en televisión, un equivalente a tres horas diarias de programación. A cambio, el gobierno recibiría de los medios 18 minutos diarios de programación en televisión y 35 minutos en radio.

Ya corría 2009 y Felipe Calderón firmaba el decreto que determinaba la extinción de Luz y Fuerza del Centro (organismo descentralizado), decisión llevada a juicios, causa de enormes conflictos patrimoniales y laborales que perduran sin solución.

Por otro lado, Enrique Peña Nieto decretó la privatización del agua. Estableció una reserva sobre los cuerpos de agua, propiedad de la nación y la factibilidad de concesionarlos a los particulares. Ante los cientos de amparos promovidos en contra de ese decreto, el Senado de la República instó al presidente a revocarlo.

José López Portillo, en su último Informe de Gobierno, el 1º de septiembre de 1982 firmó dos decretos: la expropiación de la banca y el control generalizado de cambios. Los bancos fueron tomados por el ejército, causó enorme crisis económica, hiperinflación y devaluación de la moneda nacional que fuera revertido en pocos años.

Mientras tanto, Carlos Salinas de Gortari expidió el decreto de una nueva unidad del Sistema Monetario que redujo tres ceros a la denominación de unos mil pesos ($1,000.00) de 1980 que equivalían a un nuevo peso desde enero de 1993.