En imágenes| Así fue el hallazgo del bebé muerto en penal

Nadie escuchó nada. Ni un sólo suspiro, explican los reos del Centro de Reinserción Social (Cereso) de San Miguel, en Puebla (al suroeste de la Ciudad de México). En los contenedores de basura de este penal, el pasado lunes 10 de enero fue encontrado un bebé sin vida.

Los detalles, contados a cuentagotas por las autoridades estales, indican que el menor fue ingresado durante el día de visita en la prisión. Hasta ahora se desconoce el modo —vivo o muerto—, cómo ocurrió y quienes fueron los involucrados.

El hallazgo sucedió en el área de los talacheros, como se conoce a los presos que ayudan a los custodios a vaciar los desechos. El menor —de unos días de nacido— portaba un gorro y tenía sangre. Además, en el abdomen presentaba una cirugía de apéndice, por lo que se sospecha habría sido utilizado para introducir droga.

El caso fue atraído por la organización Reinserta, cuya fundadora Saskia Niño de Rivera, denunció este jueves que el bebé fue sustraído en la capital del país.

“Ya sabemos que se robaron al bebé encontrado en el penal de Puebla de la CDMX. Es importante que Ernestina Godoy informe cómo se pudieron haber robado un bebé de un hospital o morgue para que acabara en un basurero de Puebla”, escribió en Twitter.

De igual manera, el pasado 15 de enero, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) solicitó a la Fiscalía General del Estado colaborar con la investigación y pidió reforzar los controles de vigilancia.

De acuerdo al gobierno de Puebla, antes de la pandemia, los menores de edad necesitaban un pase para visita familiar de las personas privadas de la libertad. Este, podía ser tramitado a partir del acta de nacimiento (original y copia) y una constancia de la escuela, en caso de tenerla. Asimismo, era obligatorio una responsiva de un familiar de línea directa.

En México, fueron asesinados 822 niños durante la pandemia, pero el caso de este pequeño ha sido uno de los que más ha conmocionado al país. El recuerdo de lo que ocurrió a la niña Ángela, abandonada en una maleta en 2015, hizo pensar que se trataba de otra brutalidad contra un menor.