El DCI de Kenia ha exhumado los cuerpos de al menos 39 personas que supuestamente murieron de hambre después de ayunar con la intención de encontrarse con Jesucristo.
Entre los muertos se encontraban algunos niños, que fueron enterrados junto a sus familiares. Se cree que los fallecidos eran miembros de una secta religiosa dirigida por el pastor Paul Mackenzie Nthenge, quien fue detenido y acusado de animar a sus seguidores a ayunar hasta la muerte para ascender al cielo.
El ministro de Interior keniano, Kithure Kindiki, ha ordenado una regulación más estricta y un castigo severo para los perpetradores. Las autoridades han descubierto 65 posibles tumbas y se espera que el número de muertos aumente a medida que continúen las excavaciones.
