#RevisiónHistórica// ¿Qué tanto sabes de la imposición del salario mínimo en México?

Monserrat Hernández/Grupo Marmor

El salario mínimo en México tiene una larga historia, pues desde hace más de un siglo se implementó en el país. El origen del salario mínimo se remonta a 1896, al reconocerse que el salario que recibían los trabajadores de Nueva Zelanda y Australia, en especial mujeres y jóvenes, resultaba ser insuficiente para sí y para sus familias, lo que llevó a las autoridades de aquellos países a establecer un salario mínimo.

En el caso de México, el salario que recibían los campesinos y obreros no era mucho más justo, puesto que la gran mayoría de las personas recibían un salario mísero que hacía visible el estado de explotación al cual era sometida la clase trabajadora en aquella época.

A esta situación se sumaban prácticas que ponían en riesgo la libertad de los trabajadores, como fue el caso de las tiendas de raya (1877-1915) ubicadas en las haciendas y fábricas, las cuales obligaban a las personas a comprar los recursos básicos al mismo patrón, lo que llevaba a contraer una deuda que incluso podía ser hereditaria.

Otro de los principales problemas fue la falta de una autoridad o ley que regulara la relación laboral entre trabajador y patrón, ocasionando muchas veces que los contratos de trabajo no fueran respetados por el jefe, quien reducía el salario de los trabajadores, mientras que al mismo tiempo aumentaba la jornada laboral.

No obstante, esos mismos abusos que el obrero y obrera mexicana llegaron a recibir motivaron a su paulatina unión y organización para enfrentar las adversas condiciones de trabajo que se imponían en el país.

Al sumarse el obrero y campesino a la lucha revolucionaria, se exigió a las diversas facciones llevar a cabo verdaderas reformas sociales que pusieran fin a las condiciones en las cuales se encontraba la clase baja, tal fue el caso del Ejército Constitucionalista quien el 09 de abril de 1915 estableció el acuerdo de ‘los salarios mínimos’, esto como parte del pacto entre la Casa del Obrero Mundial.

Es así que Álvaro Obregón, General en Jefe del Ejército de Operaciones, en nombre de la Revolución y autorizado por el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza, expidió el decreto para establecer el salario mínimo en efectivo de los jornaleros, setenta y cinco centavos cada día y aumentar la ración de cereales en un 25%.

Desde entonces el salario mínimo ha sufrido numerosas modificaciones y aumentos en cantidad y frecuencia, dependiendo de las políticas económicas y sociales implementadas por cada gobierno.