Sidney, Australia.— La playa Bondi Beach, una de las más famosas del mundo, fue escenario de un ataque armado que dejó 16 personas fallecidas, entre ellas un menor de 12 años, y 38 heridas. El tiroteo ocurrió durante una celebración de Janucá, una festividad judía, y fue calificado por el primer ministro Anthony Albanese como un acto de terrorismo antisemita.
El incidente comenzó al final de la tarde del domingo, cuando dos hombres armados dispararon contra los asistentes de un evento llamado “Janucá junto al Mar”. Entre los fallecidos se encuentra un ciudadano israelí y el rabino Eli Schlanger, miembro del movimiento judío Jabad y uno de los organizadores de la ceremonia. Uno de los atacantes murió durante el enfrentamiento, mientras que el segundo fue arrestado en estado crítico.
Testigos describieron escenas de pánico y caos. Personas en trajes de baño corrían desde el agua mientras sonaban los disparos y los gritos llenaban la playa. Videos muestran a un hombre identificado como Ahmed al Ahmed, dueño de una frutería local, desarmando a uno de los atacantes y siendo calificado como un “verdadero héroe” por autoridades.
El ministro de Salud de Nueva Gales del Sur, Ryan Park, confirmó que el número de víctimas fatales aumentó de 12 a 16 durante la noche, incluyendo al menor. Otros tres niños permanecen hospitalizados. “Esto es absolutamente horrendo para la comunidad en general, pero particularmente para la comunidad judía”, declaró Park.
Las autoridades informaron que uno de los agresores era conocido por los servicios de seguridad, aunque no había amenazas específicas previas. Durante la operación policial, se descubrieron varios dispositivos explosivos improvisados en el auto de uno de los sospechosos.
El primer ministro Albanese condenó el ataque y destacó que fue un acto de antisemitismo dirigido a la comunidad judía australiana. Prometió unidad nacional y apoyo a los afectados: “Este es un ataque que golpea el corazón de nuestra nación, pero los australianos se mantendrán unidos en solidaridad con nuestros compatriotas de fe judía”.
El rey Carlos III y la reina Camila también expresaron su consternación, calificando el ataque como “el más terrible acto terrorista antisemita” y compartiendo su solidaridad con las víctimas y sus familias.
