Juicio oral: Imágenes muestran a Diego y Jessica juntos el día de su desaparición

Naomi Carmona / Grupo Marmor

Morelia, Michoacán.- Con la advertencia de que testigos han sido amenazados, arrancó el juicio oral del feminicidio de Jessica González Villaseñor, que debió haber iniciado a finales de marzo de este año, sin embargo, un amparo interpuesto por la defensa de Diego Urik N. -presunto feminicida- evitó el inicio del debate. Este lunes, en la Sala 16 del Poder Judicial, se desahogaron los testimonios de Verónica Villa señor Ferreyra y Cristo González, madre y hermano de la víctima.

Diego salió a la sala, con playera blanca, notoriamente más delgado y su cabello había crecido, en comparación con el corte a rapa que portaba durante la última audiencia de amparo.

Durante la lectura general del caso, el Ministerio Público señaló al imputado de haber mostrado previamente al feminicidio de la joven, conductas feminicidas, a lo que la defensa recordó se deben probar todos los aspectos que se viertan en la audiencia.

Previo al desahogo de los dos testigos, el juez a cargo Ariel Montoya Romero, le llamó la atención al padre de Diego, el señor Bruno, pues evitó usar correctamente el cubrebocas y una llamada a su celular interrumpió la primera intervención de la defensa de su hijo.

Madre reactivó la línea del celular de Jessica

Fue entonces que la señora Verónica fue llamada a tribuna, para describir cuándo había visto por última vez a su hija. El 21 de septiembre del 2020, Jessica y su madre sostuvieron una video llamada a través de la aplicación de WhatsApp a las 12:30, fue la última vez que la vio con vida. A las horas le solicitó permiso de tomar un café por la tarde, sin mencionar con quién.

Alrededor de las 20:00 horas y al ver que “Jessi” no llegaba, comenzó a marcarle a su celular, pero el aparato estaba apagado. Después comienza a marcar a sus amigas, esperando que alguna tuviera información sobre el paradero de su hija, pero nadie sabía nada de ella. A las 23:00 horas aproximadamente, acudió a la Fiscalía General de Justicia del Estado para interponer una denuncia de desaparición.

Durante la audiencia, Verónica reconoció como propiedad de Jessica, una computadora negra con azul de la marca HP. La defensa cuestionó a la señora si había acreditado la pertenencia del aparato. “Es claro que que la información en la computadora es de mi hija, yo se la compré hace cuatro; en ese momento estaba más preocupada por encontrar a mi hija que por buscar el comprobante de compra”, respondió irritada.

La madre de la víctima también reveló que, en octubre consiguió reactivar la línea del celular de “Jessi” al comprobar su dominio a la empresa telefónica. Ajustó la línea en otro teléfono móvil, prendió el aparato, indagó en el contenido resguardado y pudo comprobar que su hija mantuvo conversaciones con Diego Urik N. previo y durante el día a su desaparición.

Verónica entregó la línea a la Fiscalía hasta febrero del 2021. Al ser cuestionada por la defensa, argumentó que activó la línea tres veces y que debía tener pruebas suficientes antes de ceder la línea a la FGE.

Cristo reconoció a Jessica abordo del auto de Diego
Cristo Villaseñor, entra a la sala, toma asiento y le guiña un ojo a su madre sentada atrás de él, en entonces que comienza a narrar su versión del último día que vio a su hermana. La describe como la más pequeña de tres hermanos. Ese día, Jessica le comenta que iría por un café con su amiga Renata. Alrededor de las 17:00 horas escucha cómo ella aborda un vehículo y se va.

Cuando la joven no aparece, él permanece en su casa para esperar noticias positivas, pero no ocurrió así; el 25 de septiembre Jessi fue localizada sin vida, y Cristo fue quien reconoció su cuerpo.

El MP le muestra al hermano 20 imágenes rescatadas de las grabaciones del fraccionamiento, tomadas de la entrada y de la esquina en donde Diego vivía antes de haber sido recluido. La defensa se opuso al ejercicio de ilustración, asegurando que no corresponde a las reglas del procedimiento, pues las fotografías estaban a color y las de la carpeta de investigación están en blanco y negro.

El juez Montoya decreta un receso, es entonces que el señor Bruno, es sacado de la sala obligadamente por uno de los elementos de seguridad penitenciaria, pues el padre de Diego, ya había incurrido en diversas faltas.

Con un apuntador, Cristo Adán González, reconoció en cuatro de las fotografías a su hermana como la copiloto y a Urik como el piloto de un vehículo Polo color azul. Se levanta en varias ocasiones a verificar las fechas y horas de las capturas de imágenes; identifica nuevamente a Diego en días distintos a los de la desaparición, y a Hanna, una amiga del imputado. Cristo y Diego se miran fijamente, sin que ninguno cediera la vista.

Los abogados del presunto feminicida aseguraron que la víctima indirecta contradice las horas en las imágenes, con sus declaraciones en la Fiscalía, y Cristo argumenta: “yo no soy perito de video, es claro que puede haber un desfase en las horas porque son cámaras distintas”. Además, se señaló que fue el MP quien impuso la propiedad del Polo azul al imputado, ya que el cuestionado había confesado no conocer al señalado ni su vehículo antes del feminicidio de Jessica. En ese momento recibe una llamada de atención de Montoya Romero “por cuestión de disciplina”.

Próxima audiencia
La audiencia programada hasta las 16:00 horas fue superada en tiempo por 30 minutos, por ello, el tercer testigo, el hermano mayor de Jessi, tendrá que esperar hasta el 23 de junio para verter su declaración.

Para la continuación del desfile de probatorio la audiencia fue programada a las 13:30 horas en la sala 15 del Poder Judicial.